11.10.15

Sobre la Retórica

"La enseñanza sistemática de la Retórica parte en el siglo V AC., en Siracusa, en una época en que la palabra tenía un poder mágico especial; el poder de destruir o crear, encantar y entusiasmar, hechizar o engañar.
 
Dado este hecho, no es fácil delimitar en la antigua Grecia, poesía, magia, mito, religión o profecía, pero sí era real que quien adquiría el dominio de la palabra, podía alcanzar sus metas más fácilmente. En los albores del siglo XXI, la fuerza de las imágenes que se trasmiten por TV, Internet y otros medios, han llevado a un debilitamiento de la influencia de las personas que estudian, embellecen y ordenan el lenguaje para trasmitir sus creencias, opiniones o ideas.

Es indudable que preparar una cuña de 15 segundos para expresarla con una sonrisa, artíficial, ha hecho surgir otros especialistas en marketing político, comercial, etc. La fuerza de la palabra, sin embargo, mantendrá su vigencia en cuanto queramos mantener una cultura propiamente humana, en la que el diálogo de dos vías, escuchar y hablar o hablar y escuchar es esencial. Como afirmaba Plutarco, ese gran ateniense que vivió entre el año 50 y el 125 DC. "Para saber hablar es preciso saber escuchar". 2

La gran debilidad de la imagen está en que sólo requiere receptores, en cambio si se aprovecha esa técnica para fortalecer el intercambio de puntos de vista, nuevamente se concretará un decisivo progreso en las relaciones humanas. Afortunadamente, «en un principio fue el verbo... y el verbo se hizo carne».

A. INICIOS.

La Retórica se convierte en objeto de estudio cuando el alfabeto y la lengua escrita quedan establecidos, de modo que el acto de hablar, se transforma en audible, visible, analizable y programable. La Retórica, reflexión sobre el hablar, tiene estrechos lazos con la lengua escrita, aunque Ramírez advierte que»la lengua hablada es el uso directo de una facultad humana y con ello una acción, mientras que la escritura alfabética inventada 700 años antes de Cristo es una tecnología». 3

«La invención de la imprenta, con ser importante, no es fundamental, si se compara con la invención de las letras»4, escribe Hobbes en su Leviatán. Sin lengua escrita, ni la imprenta ni la ciencia habrían surgido, ni mucho menos se habrían divulgado. Por eso califica Walter J. Ong (1982) a la escritura como tecnología y no sólo como técnica. Lo que diferencia a la tecnología de la mera técnica, según Neil Postman (1992) es que la técnica, el mero uso de un instrumento, resuelve problemas determinados y realiza tareas previstas, mientras que la tecnología va más allá de nuestras intenciones, transformando las estructuras que determinan nuestra forma de pensar y de actuar.

Una comprensión propia y profunda de la retórica supone el restablecimiento de la lengua hablada como el fundamento a partir del cual también se comprende la lengua escrita. Su principal precursor fue Córax, que se dedicó a enseñar a los ciudadanos a hablar bien, ya que este era el medio adecuado para presentarse ante los Tribunales y reclamar las propiedades que los tiranos les habían expropiado. En estas exposiciones, se utilizaban los argumentos de probabilidad y/o verosimilitud. Tisias, uno de los discípulos más destacados de Córax, fue pionero, al redactar un manual en que se desarrolla esta nueva teoría. Cada discurso se dividía en cuatro partes y, de este modo, la Retórica que enseñaba permitía sistematizar la argumentación y
fortalecer así la comunicación persuasiva ante los Tribunales o la asamblea de ciudadanos. Posteriormente, se traslada a Grecia a difundir sus conocimientos.

(...)

C. ATENAS, EL CLIMA IDEAL PARA LA ORATORIA.

En Atenas, todo ciudadano podía acusar y defenderse. Los jurados, legos en derecho, atienden más bien a las presentaciones, a la fluidez de discurso que a la verdad. En su favor, el ateniense acudía a un abogado o a un logógrafo o bien él mismo se formaba en el arte del discurso. (...)

En el siglo V de la era previa al cristianismo, retórica, sofística y política son un todo: políticos, jurados, sofistas y logógrafos forman parte de él. Este fue un siglo de crecimiento de la oratoria y de consolidación en la técnica retórica. Está lleno de oradores que van abriendo el camino a los grandes maestros que se dieron cita en el momento histórico más importante de la elocuencia ática, es decir, ateniense. En política, conseguida la paz, se suceden las hegemonías entre las diversas polis griegas (Esparta, Atenas, Tebas) y se forja el poder de Macedonia. La retórica ocupará el lugar de la poesía y se enfrenta a la filosofía como materia educadora.
 
La especialidad de logografía se hallaba plenamente desarrollada y sistematizada. El logógrafo es la persona que redacta discursos, según los datos que le da el cliente, los objetivos que éste persiga y adaptando el discurso a la personalidad del que lo requiere. El resultado es una cierta repetición monótona, con fórmulas y frases hechas, pero también con la variedad que generan los diversos casos y los distintos tipos de clientes. Estos discursos no son estrictamente obras de quien los redacta, puesto que el cliente colabora y se ven alterados de copia en copia.

Ello hace que no se pueda atribuir autoría a muchos discursos, aunque se pueden reconocer los rasgos esenciales de cada orador. En el mundo actual, es reconocida la gran labor que desarrollan los escritores de discursos de los grandes líderes y que tienen un origen antiguo.

D. EL PAPEL DE LOS SOFISTAS.

En la mitad del siglo V A.C., comienza a desarrollarse en la ciudad-Estado de Atenas un movimiento intelectual que jugó un papel bastante importante y que, incluso en nuestros días, tiene seguidores. En el lenguaje corriente actual se utiliza la expresión SOFISMA para describir una «Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir respecto a algo que es falso.»

En los siglos V y IV, AC. el concepto Sophistés se aplicaba a músicos, poetas, adivinos y sabios en general. Paradojalmente, es en los círculos socráticos, donde se encontraban sus principales críticos, y en el mundo de la comedia es donde se les asigna esta denominación a los miembros de ese grupo.

Los sofistas son; ante todo, profesores de artes, pero de aquellas consideradas prácticas o útiles: retórica, matemáticas, geometría y astronomía. Se han descrito sus características comunes como las siguientes:
 
1. En razón de la utilidad de sus enseñanzas, cobraban por impartirlas.
2. Son jonios en su mayoría, pero debido a sus constantes viajes son casi apátridas, gente libre de ataduras.
3. Exponen sus ideas en discursos pronunciados en casas particulares, gimnasios o ante otros sofistas.
4. Ejercitan a sus alumnos en la discusión de temas por contraposición de argumentos. Por ello tal vez la mayéutica socrática les deba mucho.
5. Los puntos centrales de sus ideas son resumidos en discursos breves para ser memorizados.

Se considera como factores que influyeron en su desarrollo, los siguientes:
a. Decadencia de la ética aristocrática ante la aparición de poderes plutocráticos nacidos con el comercio y las finanzas.
b. Ampliación de horizontes debido a las colonizaciones.
c. Individualismo creciente que ya comienza a expresarse en la lírica.
d. Crítica acerba del mito y la religión tradicionales.
e. Ruptura de la unidad del pensamiento y conocimiento humanos por filósofos como Heráclito 5 y Parménides" 6.

Fuente: Hormazábal Sánchez, Ricardo (): MANUAL DE RETORICA, ORATORIA y LIDERAZGO DEMOCRATICO. pp. 13-19.

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